miércoles, 1 de febrero de 2023

Fragmentos de espejo roto


De aquellos pequeños pasos   sobre las cenizas del pararrayos solo quedan pequeñas perlas que se esparcen sobre los campos  insondables de la memoria.

Y de vez en cuando resurgen para enraizar los vértices inexactos de nuestra alma

Que poco a poco se desprende y se precipita en gestos.

 Cuando cruces esa puerta

Recuerda que la piedra que reposa en el centro eres tu

Más no te regocijes en el crujir de cada pisada y avanza

Recorre la oscuridad de la pieza con el corazón abierto y las manos alzadas

Eso que ves es lo que fuiste. 

Hoguera de virtudes  sepultadas en la llama, serenata de aciertos en ciernes de una vida nueva

Y no

No se mueren los miedos. 

Se hacen grandes como demonios y presumen de la baba que les cuelga del colmillo. 

Arde, arde y no sana. 

Arde como la llave en mano ajena y quema el horizonte de cada crepúsculo. 


En la habitación ya cabe algún rayo de luz

Y todos los libros están en blanco.

Heilung


 Comienza la ceremonia

Los huesos tiemblan colgados de los tambores y la sal se esparce en círculos sagrados.

La mano del hombre pajaro acerca el cuerno a su boca y se encienden las hogueras.

La noche crepita y todos bailan como poseídos por el mismo espíritu.

El aullido común se extiende por el valle como la niebla y todos los animales callan.

Se enciende la luna como una gran bombilla y comienza el viaje...

Se abren las puertas

Quién se atreve a pasar?



Los prescindibles


 Para aquellos que se alimentan de sus propias heridas y desconocen el perdón.

Aquellos que confunden los lazos con cadenas y se dedican a descuartizar a sus amigos apenas dejan de cumplir su mision de sancho panza.

Para  aquellos que sembraron su narcisismo sobre mi esperanza y me miraron desde su propio espejo.

Para esos que se fueron justo a la hora de la verdad con sus cuencos llenos de nueva sal y supieron escocer la herida.

Para todos ellos tengo este espacio inerte lleno de indiferencia y media taza de olvido enfriando en la ventana de la conciencia.

Crónica enmascarada

 De todo esto

Sobre la mesa

Quedo un pañuelo arrugado y una máscara sanguinolienta

Catorce calcetines impares y una nota manchada de vino.

Las cortinas cerradas a cal y canto

Y los sofás vacíos y cubiertos de musgo.

Ahora de las paredes sólo resta su esencia de contención y el suelo se adentra en la sobra del mediodía.

El hombre e levanta y respira. 

Camina unos pasos y se desvanece en la puerta...

La felicidad esta fuera de la cárcel de ladrillos de tiempo

Abrirse como una ventana a nuevas brisas.

En la mesa

El reloj de arena volcado

Ya no entiende de virtud.

Los plásticos relucientes dentro de la nevera abierta reposan alegres por los siglos de los siglos y en la distancia el sol ilumina montañas blancas the papel higiénico mientras  las  larvas reciben su sagrada comunión y los almendros estallan por todas partes.


Del huracan tan sólo quedan pequeñas espirales de hueso.

Y todos niños hombres bailan sobre las cenizas se su ego. 

Las caricias serán permitidas tras la purga.

Los abrazos dejarán de ser gratis en las esquinas de las ciudades y el grito retornará de su viaje al interior del miedo.


VAVAU

 Retirarse en la hierba que crece bajo los cocoteros

Alimentarse de la gentileza de los árboles y olvidarse del oro de las cadenas que mantienen rumbo fijo hacia la nada.

Con el barco dispuesto pero dormido y el corazón tan suave como la voz de la mañana.

Todos soñamos cruzar los  oceanos y dormir en las ruinas de nan madol

Todos nos asomamos alguna vez a esa isla... 

Y ahora que parece que el mundo está intoxicado y la vida pesa sobre la delgada telaraña del equilibrio me vienen a la memoria ruido vasos y aroma de tabaco rubio. Roxanne  you don't have to put on the red light

Y los corazones a punto de abrirse, casi sin cicatrices


De profundis

 De la parte que me toca guardo un rebaño de enigmas recién nacidos 

Catedrales de luz que solo saben vibrar en las oquedades del aliento.

Pérezosas manos que se buscan atravesando la corteza que rompe el hábito.

Moléculas como agujas en pajar de la consciencia revoloteando entre galaxias y agujeros negros.

Los laberintos son inevitables y todos se solapan hasta dejar de ser.

Todos los gestos nacen de ese nuevo vacío y entretanto solo nos queda alimentarnos de nuestras propias heridas y flotar en la  incertidumbre como indefensas plumas de luz.

En lo más profundo de la caverna siempre es primavera y los silencios sólo son filtros para ocultar la primera melodia

Para projectar una una sombra tras otra y así hacer girar la rueda. Distracciónes que nos separan del místico puente. Datos y más datos para cercenar la esencia mágica del baile.

Sumido en mi propio espacio de oportunidad aún navego las horas sin más equipaje que un pequeño espejo roto.


Ecos de la batalla

 


De nuevo en el círculo

erguido a las doce en punto

El cuerpo de grueso vidrio apenas soporta su peso.

Los años 

La canción de la batalla vuelve a sonar en el hueco del cañon mientras despierta la llama.


 como un volcan perezoso

se desata la coz que tensa el arco que transforma  el dolor en fuerza y distancia.

La escena concluye a las 6:30.


Patios interiores





Siempre en la rueda.

Samsara generoso de almas  galopando sobre la espalda de la vasta memoria. 

Los ojos de la serpiente no quemaban. 

El temblor quebró todas las columnas. 

Todas las mantas humedas se secaron en el corazón mismo de la nieve.

Todas las arpas sonaron durante la fiesta. 

La cama era una   llanura inmensa y el cielo una sábana mística rasgada de estrellas. 


Hubo varias manos. Unas sobre otras como formando cordilleras.


Espejo íntimo de su propio reflejo. 

Al cabo

Que hacer con estos relojes rotos?

 Con estas certezas afiladas como colmillos y estás orejas de lobo?


Acaso no nos reciben en su mano los gigantes?


No moja el mismo agua dos orillas distintas? Llegará lo que siempre estuvo, disfrazado de anhelo a tocar la frente caliente como un cristal negro? 

Y durante el transcurso

acaso se llenarán las maletas de mariposas?


Al otro lado del puente...

Todos esperan allí.

Todos sonríen por lo que ya saben. 


Las arenas prenden blancas rodeando la estatua.


Los vasos siguen llenos. 

Siguen esperando erguidos en la mesa puesta.


Los dragones son habitantes silenciosos. 


Hoy al fin he conseguido sentarme.


La luz escasa baña una  habitación que grita silencio.


El mundo convenido me espera con el té recién echo.

Travesía ignota


 No merecen sortilegios  las avenidas inacabadas. 

Con la mano invisible de la verdad trazamos nuestra trayectoria.  

Uno no hace si no dejarse llevar por las olas que regresan nacidas de nuestro propio impulso

Y al cabo 

Restan las marismas repletas de estrellas y cavernas vacías. 


He sido testigo del ácido que derrite el mundo con su boca de oscuridad perenne y

he dormido colgado en las ramas del relámpago 




Ha llegado la hora de abrir la jaula... 

Poco a poco mis sentidos se abren paso