miércoles, 1 de febrero de 2023

Crónica enmascarada

 De todo esto

Sobre la mesa

Quedo un pañuelo arrugado y una máscara sanguinolienta

Catorce calcetines impares y una nota manchada de vino.

Las cortinas cerradas a cal y canto

Y los sofás vacíos y cubiertos de musgo.

Ahora de las paredes sólo resta su esencia de contención y el suelo se adentra en la sobra del mediodía.

El hombre e levanta y respira. 

Camina unos pasos y se desvanece en la puerta...

La felicidad esta fuera de la cárcel de ladrillos de tiempo

Abrirse como una ventana a nuevas brisas.

En la mesa

El reloj de arena volcado

Ya no entiende de virtud.

Los plásticos relucientes dentro de la nevera abierta reposan alegres por los siglos de los siglos y en la distancia el sol ilumina montañas blancas the papel higiénico mientras  las  larvas reciben su sagrada comunión y los almendros estallan por todas partes.


Del huracan tan sólo quedan pequeñas espirales de hueso.

Y todos niños hombres bailan sobre las cenizas se su ego. 

Las caricias serán permitidas tras la purga.

Los abrazos dejarán de ser gratis en las esquinas de las ciudades y el grito retornará de su viaje al interior del miedo.


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