Para aquellos que se alimentan de sus propias heridas y desconocen el perdón.
Aquellos que confunden los lazos con cadenas y se dedican a descuartizar a sus amigos apenas dejan de cumplir su mision de sancho panza.
Para aquellos que sembraron su narcisismo sobre mi esperanza y me miraron desde su propio espejo.
Para esos que se fueron justo a la hora de la verdad con sus cuencos llenos de nueva sal y supieron escocer la herida.
Para todos ellos tengo este espacio inerte lleno de indiferencia y media taza de olvido enfriando en la ventana de la conciencia.
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